Historia del barro negro

El Barro Negro de Oaxaca es una expresión autentica de tradición, arte y cultura. Este tipo de alfarería es única en su tipo, solo producida en Oaxaca,  ha sido reconocida y admirada mundialmente.

La magia de estas artesanías recae en dos puntos primordiales:

  • Su complejo proceso de elaboración y
  • El legado ancestral y cultural que lleva consigo.

Hace más de 2500 años que los zapotecas trabajan el barro en la ciudad, esta técnica es de origen prehispánico y está presente desde la Fase Uno de Monte Albán, es decir, quinientos años antes del inicio de la era cristiana.

Historia del Barro Negro
Artesano elaborando esferas de barro negro, San Bartolo Coyotepec, Oaxaca.

Muy cerca de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, existe un yacimiento de barro desde donde los artesanos de la región acarrean la materia prima de su arte. En la comunidad se tiene la arraigada creencia de que únicamente los hombres tienen acceso a la mina de donde se obtiene la arcilla, las mujeres jamás  deben visitar el lugar.

El llamado “Barro Negro” no es originalmente de ese color, la tonalidad obscura se logra por una técnica muy específica de horneado.

El proceso de elaboración dura de 20 a 30 días, que va desde el moldeado al decorado, y luego al secado lento en cuartos cerrados.

El barro pasa por distintas etapas de remojo y amasado hasta obtener la humedad ideal, posterior las piezas  se moldean sobre  un tradicional torno sin rueda, método de herencia prehispánica que consiste de dos platos cóncavos de barro, en esta etapa es  donde la creatividad y la técnica particular de cada familia otorga un diseño especial característico con formas y figuras exclusivas. Antes de cocer las piezas, las  superficies de las vasijas son bruñidas con una piedra de cuarzo, se dejan secar  y posterior  se pulen para sellarlas y producir un lustre intenso. El color se logra mediante una técnica especial en la cual se requiere un horno creado bajo tierra, cuidadosamente obturado para obtener una atmósfera reductora de oxigeno e impregnar firmemente el carbón sobre el barro, dándole el color negro característico, dependiendo el tipo de trabajo que se desee, la pieza  se cose con leña de 6 a 8 horas, finalmente se vuelve a pulir para darle brillo.

Los diseños más característicos del Barro Negro son de uso ornamental como ollas, floreros, cántaros, vasijas, figuras de animales, etc.; utilitarios como alhajeros, candelabros, alcancías, platos, jarros, ánforas para mezcal, silbatos  y ceremoniales que hacen alusión a figuras religiosas. Las piezas de los artesanos de San Bartolo están consideradas por los expertos como auténticas obras de arte popular con raíces tradicionales, su valor y belleza son un patrimonio cultural que debemos apreciar, resguardar y fomentar.

Etiquetado , ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *